
Mis dedos ya habían pasado por todas los rincones de la pantalla presionando, de manera automática, fotos, textos y frases. Poniendo “enviar” una y otra vez, sin poner mucha atención en la velocidad que mi comunicación adquiría dentro de esta ola tecnológica. Pasando de aplicación en aplicación con prisa por revisar todas las notificaciones, recordatorios