He hecho pruebas, días tras días, y concluyo con certeza que hay dos horas extras en el día infantil: de 5:00 a 7:00 pm. Pero no son horas extras tipo VIP. No son horas extras de premio. No es “you have an EXTRA 20% discount today”. NOOOOO! Es un extra ne-ga-ti-vo. Es un extra que tiene un don de absorber un porcentaje altísimo de la pila de los papás. Un don de absorber paciencia, paz, agilidad, sonrisas, chistes, permisos…todo!!!
Pero es una situación relámpago y automática. Simplemente sucede. 4:45 todavía eres un padre/madre normal. 4:50 todavía crees que el domingo está agusto, tranquilo, y que la comida estuvo buena. 4:58 te das cuenta que casi no haz usado el celular en el día. Que ha sido un placer estar con tus hijos, disfrutarlos, verles sus caritas, jugar con ellos…
5:00 pm, y la batería cae de 60% a 11% en un segundo. Tolerancia, eliminada. Te empieza a dar sueño y muuucho cansancio. Y lo que sobre de la tarde, se ve eternooooo. Pero, desafiando toda lógica, tus hijos siguen con pila al 130%. No hay rastros de cansancio ni de sueño. Se sienten frescos, alegres, y dispuestos a hacerte pasar una tarde eternaaaaaa.
Ves tu reloj a las 5:00, 5:10, 5:20, 5:44…NO PASA EL TIEMPO. Sigue siendo hora de estar despiertos. Sigues en horas de trabajo. “Paaaaaaaaaaaaaa, maaaaaaaaaaa, paaaaaaaaaaa.” Pero ahora sí, ya volviste al celular. Ahora sí ya necesitas escaparte. Ahora sí, la verdad, la estás empezando a pasar mal.
6:45 pm, parece que ya acabó la tortura. En 15 minutos acaban esas dos horas EXTRAS. En 15 minutitos empieza el momento de “cenarbañardormir”. Porque así es, junto con pegado. Sin pausas. Sin “peros”. Sin nada. De 7:00 a 8:00, ya no es cuestión de diversión, ya se da de manera mecánica. Ya es la antesala del final. Ya no pesan.
Y entonces, cuando ya duermen los polluelos. Y tu te sientes ultra extremada y absolutamente agotado, ves tu reloj, y aunque tu cuerpo siente que son las 11:50 pm, apenas son las 8:10 pm. Y la única explicación que hay es, esta, mi teoría, que ese tramo EXTRA de 5:00 a 7:00 pm, no debería de existir. Y mucho menos en fines de semana.