Es un concepto muy interesante que nos pasa a todos. Al gordo y al flaco. Al que está a dieta, al que sólo “se cuida”, y al que come lo que quiere.
Nuestra mente manipuladora nos hace creer, fielmente, que el cuerpo entiende de emociones y situaciones especiales para decidir si procesa o no calorías ingeridas en situaciones especiales.
Es sencillo y hay muchos ejemplos al respecto.
Vamos a suponer que tu vuelo fue a las 7:00 am, y entre las carreras y todo, no desayunas bien. Te da la 1 pm y te estás muriendo de hambre. Tienes enfrente de ti el mini bar del hotel con un chocolate milky way volteándote a ver. Sabes que puedes esperar 5 min. más y bajar a un restaurante y comer sano, peroooooo TE PERMITES EL CHOCOLATE. Tu te lo permites porque sientes que te lo mereces. No tiene nada que ver con que te lo compraras en la calle, eso sí sería gula. Porque el hambre es tan fuerte, que el cuerpo va a entender el que te comas esas calorías. Que no lo haces por inconsciente, lo haces por hambre. Y lo va a entender tanto, que va a ignorar el incidente para que no engordes.
Igual en esos momentos de ansiedad. Estás en el hospital con los nervios de punta. No sale el doctor, no sabes que pasa. Volteas y está la maquinita de “snacks”. Las Donitas Bimbo te sonríen y caes. No es hambre, es ansiedad. Es angustia. Y las compras. Porque necesitas esas Donitas. Es como un abrazo. Tu cuerpo lo NECESITA emocionalmente. Y es ahí dónde pensamos, que esas Donitas, esas únicamente, no nos van a engordar. El cuerpo va a entender la situación. Estás en un hospital, no puedes estar más estresado y te mereces esas Donas. Lo mínimo que puede hacer el cuerpo por ti es ignorar esas calorías.
Pastel de cumpleaños porque la tía cumple 75. Un pastel de verdad impresionante. Nutella escurriendo de los lados. Un olor a chocolate aferrante. Y pues claro, lo parten, le cantan, y reparten ese “pequeño” pedazo de gloria. PUES NI MODO QUE NO TE LO COMAS. Es el cumpleaños de la tía. Te esta viendo y sería mala onda dejarlo. Es como tu regalo hacia ella, comerte SU PASTEL. Y entonces, el cuerpo lo va a entender. No es gula, ni es que no querías cuidarte. Fue una obligación. Y el cuerpo lo tiene que entender. Y muy seguros nos saboreamos el pastel contentos porque esas calorías, el cuerpo hoy, no las va a contar.
¡Qué brutos somos! Y de verdad por eso hay muchos problemas de gordura. De vez en cuando, un apapacho irracional no tiene importancia, pero de estos ejemplos hay miles. El que está atorado en la oficina y de plano pide la torta de cochinita pibil…pues pobre, esta agotado de tanta chamba. La que lleva bailando y chupando toda la noche y cuando llegan los chilaquiles le da sin verguenza alguna. Pues si, es entendible, ya es tarde y tiene hambre. Aparte borracha no se da cuenta cuanto come. Cuerpo, entiéndela.
Mi ejemplo favorito, es la embarazada. Esa sí, se suelta feliz porque “come por dos”. El cuerpo entiende. Hay que comer y comer y comer y rendirse a los antojos “porque estoy embarazada”. Crepas, pizzas, cupcakes, enfrijoladas…todo lo que el bebé y mami quieran. Y al rato la mamá ballena pariendo un bebito de 2kilitos y, ¿los otros 15 kilos?
La noticia que les traigo es sencilla, EL CUERPO NO ENTIENDE DE RAZONES. Le vale madres si tienes cansancio, angustia, embarazo, emoción o hasta hambre. No le importa cual sea tu situación emocional. Sim-ple-men-te, TODO lo que comas, lo va a procesar y la grasa se va a para su lugar. La nalga crece. La panza se redondea. Y la ropa se encoge. No hay forma de brincarte el proceso, te pase lo que te pase.
Así que el que lo hace de vez en cuando, pues siga creyendo que tiene un complot con su cuerpo, pero el que lo hace diario, mejor ya entérese del engaño y empiece a comer bien.
¡Suerte!
Excelente!! Como me rei!
Jajajaja qué bueno que te gustó. Te quiero!