
Por supuesto que estaba nerviosa. Eso de la “cita a ciegas” no era lo mío. No estaba acostumbrada a salir con un desconocido que no sabía si me gustaría. Me incomodaba la inseguridad que flotaba en mi cabeza: “¿Le gustaré? ¿Le gustaré? ¿Le gustaré?” Me habían hablado poco de él, pero en ese momento me