Estoy Cansado De Ser Papá

Yo también me siento abrumado, agotado. Te escucho siempre quejarte del tiempo que le inviertes a los niños. Decir que estás cansada de ser mamá. Trato de entenderlo. Contesto con enunciados que pienso pueden confortarte. Pero nunca es suficiente. Piensas que no te estoy escuchando. Que no tengo idea por lo que tu pasas en el día. Y es que sí, efectivamente estar atrás de los niños todo el tiempo, organizarlos, controlarlos, entenderlos, no es fácil. Lo sé, porque lo he vivido y acabo fulminado. Pero, mientras tu piensas que no sé lo que es ser mamá, yo pienso… ¿alguna vez te haz preguntado lo que es ser papá?

El nivel de vida que queremos tener, no es fácil de lograrlo. Nadie me regala un centavo de lo que gastamos. Y claro que a veces estoy poseído por mi trabajo. Claro que a veces el celular me consume horas. Por supuesto que no siempre estoy resolviendo asuntos de negocios, pero la mayoría del tiempo sí. Cada vez que lo agarro, veo tus ojos fulminantes avisando que estoy haciendo algo prohibido. Sí, sé que debo aprovechar a mis hijos cuando estoy con ellos. Sé que debo dejar a un lado todo lo del trabajo y dedicarme a la familia, pero no siempre se puede.

En mi mente todo el tiempo brincan números, preocupaciones, propuestas, ideas, resultados… No estoy obsesionado con ser un millonario, como dices. Estoy obsesionado con sacar adelante el negocio que nos da de comer. Que paga las colegiaturas, los restaurantes, la ropa, los regalos, los viajes, la gasolina, luz, uniformes, celulares, el mantenimiento, ayudantes, clases extracurriculares, etc. Dudo que seguido te pongas a pensar a cuánto se elevan nuestros gastos. Dudo que sepas que si yo dejo de trabajar como lo hago, en poco tiempo, nos moriríamos de hambre.

Yo también estoy cansado de ser papá. De tus reproches. De que me hagas sentir “el peor padre del mundo”. De que me repitas que otros esposos son más considerados, más atentos. Porque realmente lo dudo. Hay muchos que no pasan nada de tiempo con sus hijos. No llegan a bañarlos o dormirlos, ni los llevan a la escuela. Yo también quisiera que las cosas fueran como antes. Que me recibieras con un abrazo y un beso real. Que me llamaras en el día para preguntar como estoy, y que si no puedo contestar, entendieras que estoy ocupado y no es falta de amor. Que estuvieras atenta a mis preocupaciones, a mi cansancio. Yo también me agoto de ser el que mantiene la casa. El hombre del hogar. Pero nunca me quejo. Nunca.

A veces, cuando llego arrastrado a la casa, lo único que quiero es aventarme en el sillón, ver la tele, y relajarme. Pero en cuanto entro y los saludo, escucho “Ándale, báñalo… ya tiene que irse a dormir. Y tiene que hacer tarea. Que se tome su medicina. Deja el celular por favor, ponme atención. Párate del sillón, deja el trabajo, ayúdame con los niños.” Claro que me fascinan mis hijos. Claro que quiero estar con ellos, pero, no siempre quiero ayudar a hacer los labores de la casa. A veces me gustaría poder llegar a un lugar tranquilo, en paz, dónde me dejen descansar después de un día extremadamente pesado en la oficina. Después de un día entero de hacer mis labores.

Las noches en las que los niños no duermen, yo tampoco descanso. Me paro con contigo a atenderlos, calmarlos y volverlos a dormir. A veces puede ser una vez, otras cuatro o cinco. Noches enteras que pasamos en vela los dos. Y al siguiente día, temprano, me tengo que parar e ir a trabajar vestido de traje y corbata. No hay escusas ni pretextos para llegar tarde. Empiezo el día como puedo, aunque me sienta igual de tronado que tú. Atiendo una cita tras otra sin tiempo de descanso ni de siestas. Con unas enormes ganas de regresar a mi cama, de dormir un poco más. Pero no puedo, y me aguanto.

Muchas noches tengo pesadillas en dónde sueño que lo pierdo todo. Dónde incluso te pierdo a ti. Despierto sudando, aterrado… y después me doy cuenta que no quiero seguir así. No quiero más peleas, discusiones, falta de comunicación, seriedad. Quiero poder hacer el amor como lo hacíamos antes, con frecuencia y pasión. Quiero, también, que te sientas orgulloso de mi. Que de vez en cuando me digas “te admiro, mi amor”, “entiendo que debes estar muy agotado”, “no te preocupes por llegar tarde, te apoyo”, “gracias por todo”.

Sabes, a mi tampoco me gusta quedarme hasta la madrugada trabajando. Yo quisiera, como tu, estar en la casa. Me encantaría poder llegar a la hora que me pides que llegue y acostarnos a ver películas juntos. Necesito que entiendas eso. Sí, me la paso bien en mi trabajo. Me gusta lo que hago y mis cenas a veces son divertidas, interesantes… pero nada como estar con ustedes. Y si estoy invirtiendo tiempo en esas personas, es por querer salir adelante. Porque tengo que ser ese también, el que trabaja. No sólo puedo ser papá y esposo amoroso. También tengo que ser el que trae el dinero a la casa para que tengan todo lo que necesitan. Para que nunca les falte nada.

Te suplico, nunca les hagas sentir a los niños que no estoy con ellos lo suficiente porque no quiero. Te pido que les hagas saber siempre que su papá los ama. Que trabajo para ellos y para ti. Para ser felices juntos. Que si me distraigo, no es porque no me interesan. Que a veces también necesito desconectarme haciendo tonterías, pero no por ser un desconsiderado, sino porque mi mente está saturada. Porque yo también me quiero reír. Disfrutar de ratos de paz, sin presiones ni angustias. Sin sentirme “el que mantiene a la familia”.

Entonces te pido, mi amor, que me valores más. En las buenas y en las malas, como me prometiste. Que me veas, la mayoría del tiempo, con una cara de alegría. Esa cara que me pones cuando los llevo de viaje, o te compro algún regalito. Por favor no lo dejes sólo para esos momentos. No dejes de quererme siempre. De besarme, apapacharme. Yo soy grande, claro. Yo soy el papá, el mayor de la casa, peor aun así, necesito el mismo cariño que necesitas tu. El mismo que les das a nuestros hijos. El amor que prometiste darme eternamente el día que nos enamoramos. Eso necesito yo también, siempre. Porque aunque nunca te lo digo, yo también a veces, me canso de ser papá.

 

——

Este texto también lo pueden encontrar en el portal de Fernanda Familiar:

http://fernanda-familiar.com/colaboradores/debbie-chamlati/estoy-cansado-de-ser-papa/

 

4 Comments

  1. Que hombre tan machista seguro roncas como cerdo mientras tu mujer tda desvelada seguro sales a vagar y ella ebserrada com los niños estas cansado de aser la,parte mas facil y encima te kejas.. cuand kieres irte te vas y sin hijos atras.. no tienes q pagar niñera para,ir a trabajar no tienes q ir desvelado al trabajo ni cambiar panales ni cocinar q facil kejarse cuando mama ase tdo.. deberias parir tu para ver lo a se siente andar tdo el dia detras de tus hijos sin poder sikiera ir al baño y soportar tdos los dolores y desvelos y tu kejandote!!! X Dios me das verguenza

  2. Y las madres q trabajamos que? No nos cansamos encima pagar un cuidador y encima ser criticadas x tdo hasta x delegar.. nunca tenemos dias libres ni nada y tu kejandote.. y con nada de colaboracion de los padres xq ellos nunca cuidan los niños lo asemos tdo solas y tenemos q aguantarnos tdos los dolores desvelos preocupaciones y tu kejandote

  3. Fernando Gaitan

    Me encanta que a la feminista de arriba se le vino el recuerdo de lo que le hizo el papá que ella escogió para sus hijos jajaaja

    • Debbie Chamlati

      Estimado Fernando, no entendí tu comentario pero agradezco que hayas leído mi artículo.

Responder a Ailen alegra Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.